Reflexiones después del Congreso de Ergonomía: aprendizajes y desafíos actuales
Tuve el privilegio de asistir al VII Congreso Nacional de Ergonomía, que se llevó a cabo en Mendoza, organizado por la Asociación Argentina de Ergonomía y Factores Humanos (AdEA). Este evento resultó ser una plataforma valiosa para el intercambio de experiencias, la actualización de conocimientos y la reflexión sobre la dirección actual de la ergonomía en los espacios laborales.
Aspectos Destacados del Congreso
Un punto destacado fue el progreso en las herramientas tecnológicas aplicadas a las evaluaciones ergonómicas. La integración de dispositivos y software que facilitan el registro, análisis y procesamiento de datos en tiempo real permite una gestión más precisa y eficiente. Estas innovaciones no solo mejoran el trabajo técnico, sino que también refuerzan la toma de decisiones preventivas, posibilitando intervenciones más efectivas y adaptadas a cada puesto o contexto laboral.
Además, se presentó el concepto de “operador confiable”, un término originado en la ergonomía cognitiva. Este enfoque resalta la importancia de las habilidades, la experiencia y el juicio del trabajador para desempeñarse de manera segura en entornos complejos. Fomentar esta confiabilidad implica establecer una cultura de prevención robusta, donde los empleados se sientan activos en la gestión de riesgos. También se enfatizó la necesidad de tener programas de ergonomía actualizados, que respondan a los nuevos retos productivos y organizacionales.
Desafíos Actuales en Ergonomía
El verdadero reto radica en mantener una visión integral de la ergonomía. No se limita a identificar factores físicos o posturales, sino que también abarca aspectos cognitivos, organizacionales y psicosociales que afectan la salud y el bienestar de los trabajadores. Los cambios provocados por la digitalización y la hiperconectividad requieren estrategias que consideren la gestión de la carga mental, el equilibrio entre la vida laboral y personal, y la prevención de la fatiga cognitiva.
En las ponencias, la aplicación de la ergonomía en el contexto de la discapacidad demostró que, mediante un diseño adecuado, es posible mejorar la participación y funcionalidad de las personas con discapacidad en los entornos laborales. Este enfoque reafirma que la ergonomía no solo previene lesiones, sino que también promueve la inclusión, accesibilidad y equidad.
Mi participación en este congreso reafirmó mi convicción de que la ergonomía tiene un papel fundamental en la creación de ambientes de trabajo más saludables, sostenibles y humanos. Continuamos comprometidos con este camino: el de la prevención con propósito, fundamentada en el conocimiento, la innovación y el compromiso hacia las personas.
Columna escrita por Marina Lanfranqui, responsable de Ergonomía Ocupacional en Gestión en Prevención de Riesgos ART en Federación Patronal Seguros.