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Durante siglos, los tornados han cautivado y asustado a las personas debido a su poder destructivo, que no tiene comparación con otros fenómenos meteorológicos. Pueden aparecer de manera repentina, convirtiendo ciudades en ruinas en minutos.

Detrás de su imagen aterradora, hay una complejidad en su formación que merece ser explorada para entender mejor este fenómeno.

¿Qué es un tornado?

Un tornado se define como una «columna rotatoria de aire que se extiende desde la base de una nube cumuliforme hasta el suelo». Visualmente, se asemeja a un embudo que, al tocar el suelo, recoge polvo y escombros a su paso.

Para que un fenómeno sea considerado un tornado, debe cumplir con tres componentes esenciales:

  • Columna rotatoria de aire: La imagen típica que tenemos de un tornado.
  • Contacto con el suelo: Si la columna no toca el suelo, se clasifica como una ‘nube embudo’.
  • Extensión desde una nube: Un tornado se origina de una tormenta, comúnmente de una supercélula.

Es importante notar que el embudo visible no siempre está presente. A veces, la primera señal de un tornado puede ser una nube de polvo o escombros antes de que aparezca el embudo.

Anatomía de un tornado

Visualmente, un tornado tiene un ciclo de vida bien definido. Comienza como una nube en embudo que desciende y, si es potente, puede convertirse en un «tornado en cuña», con un diámetro en el suelo mayor que su altura.

A medida que pierde energía, el tornado se estrecha y se retuerce antes de disiparse. El verdadero peligro radica en los vórtices secundarios, que son remolinos más pequeños dentro del tornado que pueden causar daños significativos al concentrar vientos extremadamente fuertes.

Cómo se mide su poder

La intensidad de un tornado se clasifica utilizando la Escala Fujita Mejorada (EF), que va de EF-0 (más débil) a EF-5 (más fuerte). Esta escala se determina después de que el tornado ha pasado, analizando los daños causados.

A continuación se muestra una tabla que resume la escala:

Escala Velocidad de viento Descripción del daño
EF-0 105-137 km/h Daños menores, como tejas desgastadas y ramas rotas.
EF-1 138-178 km/h Daños moderados en tejados.
EF-2 179-218 km/h Daños considerables, con tejados de casas arrancados.
EF-3 219-266 km/h Daños severos, incluyendo la destrucción de pisos enteros.
EF-4 267-322 km/h Daños devastadores, con casas de construcción sólida destruidas.
EF-5 >322 km/h Destrucción masiva, con estructuras de hormigón muy dañadas.

Cómo se forma un tornado

Los tornados no surgen de la nada; requieren condiciones atmosféricas específicas, que son poco comunes. Los tres ingredientes esenciales son:

  • Inestabilidad atmosférica: Aire caliente y húmedo cerca del suelo y aire frío arriba.
  • Humedad abundante: Vapor de agua que alimenta la tormenta.
  • Mecanismo de disparo: Algo que inicie el ascenso del aire, como un frente frío.

Cuando estos factores se juntan, se forman nubes de tormenta. Sin embargo, la cizalladura del viento, que es el cambio en la dirección y velocidad del viento con la altura, es crucial para que se forme un tornado.

El nacimiento de la supercélula y el mesociclón

El mesociclón es una rotación amplia dentro de la nube. Cuando la corriente ascendente de la tormenta «levanta» el aire horizontal, lo posiciona en vertical, formando un mesociclón. Este fenómeno es clave para la formación de tornados.

De la rotación horizontal a la vertical: el tornado toca tierra

Un tornado se forma cuando la rotación del mesociclón se concentra y desciende al suelo. Esto es facilitado por corrientes de aire descendentes que «aprietan» la rotación, lo que provoca que el tornado toque tierra.

Diferencia entre tornado, huracán y tifón

La principal diferencia entre huracanes, tifones y ciclones es su localización geográfica. Todos son ciclones tropicales, pero:

  • Huracán: Se forma en el Océano Atlántico.
  • Tifón: Se forma en el Noroeste del Océano Pacífico.
  • Ciclón: Se forma en el Océano Índico y el Pacífico Sur.

Tipos de tornado

Los tornados pueden clasificarse principalmente en dos tipos:

Tornados de supercélula

Estos son los más peligrosos y se originan de un mesociclón que desciende hasta el suelo.

Trombas marinas

Estos tornados se forman sobre el agua y pueden ser peligrosos si son trombas tornádicas, que son un tornado de supercélula. También existen trombas de «buen tiempo», que son más comunes y menos intensas.

Trombas terrestres

Estos son análogos a las trombas de «buen tiempo» pero ocurren en tierra. Se forman por la colisión de vientos en la superficie y son más difíciles de detectar.

Los tornados más grandes de la historia

Algunos tornados han sido especialmente destructivos, entre ellos:

El Tornado Tri-Estatal de 1925

Considerado el tornado más mortífero en EE. UU., causó 695 muertes y devastó partes de Missouri, Illinois e Indiana.

El Tornado de El Reno de 2013

El tornado más ancho registrado, alcanzando un ancho de 4.2 km y vientos de 504 km/h, mató a 8 personas.

El Tornado de Joplin de 2011

Clasificado como EF5, fue uno de los más mortales en 60 años, con 161 muertes y daños significativos en la ciudad de Joplin.

El Tornado de Daulatpur-Saturia de 1989

Considerado el tornado más mortal del mundo, dejó aproximadamente 1,300 muertes en Bangladesh.

Qué hacer en caso de tornado

La diferencia entre «vigilancia» y «advertencia» de tornado es crucial. En vigilancia, se deben tomar precauciones; en advertencia, se debe buscar refugio inmediatamente.

El lugar más seguro

El refugio subterráneo o un sótano es el lugar más seguro. Si no es posible, se debe buscar una habitación interior sin ventanas.

Qué hacer si te pilla el tornado en un coche

Es mejor alejarse de la trayectoria del tornado. Si no es posible, estacionar el vehículo, abrocharse el cinturón y protegerse la cabeza.

El futuro de los tornados

El impacto del calentamiento global en la frecuencia de tornados es difícil de determinar. Sin embargo, se observa un aumento en la frecuencia de grandes «brotes» de tornados y un riesgo mayor de tornados fuera de temporada.

La ciudad alimenta la tormenta

Las ciudades pueden exacerbar las tormentas debido al efecto de isla de calor, donde las superficies urbanas absorben más calor y generan condiciones que favorecen la formación de tormentas severas.

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